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jueves, 23 de junio de 2011

PERSONALIDADES DEPENDIENTES

CARACTERISTICAS DE LAS PERSONAS DEPENDIENTES

■Excesiva y generalizada necesidad de ser cuidado que conduce a una conducta sumisa y dependiente y el miedo a ser abandonado.
■Se perciben a sí mismos como inadecuados y desvalidos y por ello, incapaces de enfrentarse al mundo solos. El mundo es un lugar frío y solitario donde manejarse uno solo es imposible. Así que reclaman la constante presencia de otra persona. Piensan: “no puedo sobrevivir sin alguien que se haga cargo de mi”, “si mi pareja o padres o amigo me dejan no podré seguir adelante yo sola”
■Son personas que se caracterizan por ser pasivas, sumisas y dóciles. Tratan constantemente de agradar al otro para no ser abandonadas. De ahí que la asertividad y la confrontación con el otro están excluidas de su repertorio conductual. Prefieren la armonía en sus relaciones, y cuando se producen desacuerdos tienden a disculparse inmediatamente, incluso aunque no haya sido su culpa.
■Sus gestos, voz y amaneramientos ocultan una gran falta de confianza en sí mismos, pueden hablar tan suavemente que ni siquiera se les oiga. A veces incluso se vuelven infantiles para atraer el cuidado de los demás.
■Son personas ingenuas, confiadas en los demás, su actitud es muy ingenua a la hora de enfrentarse a las dificultades interpersonales, quitando importancia a los problemas y suavizando las situaciones perturbadoras.
■Al dejar su vida en manos de su pareja, pueden abrumar al otro con sus demandas, volviéndose vulnerables al abandono.
■Exigen activamente que se les acompañe a cualquier sitio al que acuden.
■Reacios a tomar decisiones cotidianas a menos que cuentes con el consejo y apoyo de otras personas. Prefiere que sean los demás los que tomen las decisiones importantes por ellas.
■Suelen estar de acuerdo con todo el mundo, independientemente de lo que ellos opinen. Prefieren estar de acuerdo con los demás que discrepar para evitar conflictos.
■Se preocupan por los demás en exceso, y anteponen la felicidad de los demás a la suya para evitar perderlos. Siempre están ayudando y dando y se comprometen intensamente en las relaciones con los demás, sobre todo con sus cónyuges. Viven su vida a través de los demás y para los demás con quienes son calidas, tiernas y muy consideradas.
■Les cuesta iniciar proyectos o hacer cosas por ellos mismos. Piden consejo continuamente y se unen a personas que percibe como competentes para que les ofrezcan su ayuda y les orienten. No tiene la suficiente confianza como ara encauzar su vida.
■Si se muestran competentes es fácil que los demás les obliguen a dirigir su vida y esto les asusta. Por ejemplo piensan: “si saco el carné de conducir, me veré obligada a llevar el coche yo sola y no podré hacerlo”. Si decido volver a estudiar puede que mi pareja me abandone por no estar suficientemente tiempo con ella”. Así prefieren que las cosas continúen como siempre y estar en una “eterna niñez”.
■Malestar muy intenso cuando están solos, así que pasan por situaciones indeseables con tal de tener la compañía del otro. Piensan que sin el apoyo de los demás están perdidas. Se encierran en sí mismas y se vuelven tensos, tristes y abatidos.
■Se siente fácilmente heridos por la crítica y la desaprobación de los demás.
■Carecen de autoconfianza, no confían en sus posibilidades a la hora de solucionar problemas. Piensan: “no puedo”, “nunca seré capaz de hacer eso yo sola”, “soy demasiado estúpido”, “los demás lo saben hacer mejor que yo”.
■Si las relaciones corren peligro, se vuelven terriblemente conciliadores y se sacrifican en exceso, dando pié a que se abuse de ellos. Dan la impresión de ser débiles y de que la fortaleza es del otro.
■Si una relación termina el dependiente se siente desvalido y desesperado y la única alternativa es encontrar a otra persona de la que puedan depender.
■Las mujeres son más diagnosticadas de este trastorno que los hombres (Bornstein, 1996).

ANDRES CALVO - ESTHER BLANCO - SICOTERAPEUTAS

lunes, 20 de junio de 2011

ZEN, SER ZEN !!

Vivimos bajo un mundo tan de prisa, con tantas demandas y tantas amenazas que en muchas ocasiones nuestro deseo de vivir en plenitud, de disfrutar el día a día, choca constantemente con la frenética realidad. Frustración, estrés, distracción y enojo nos atrapan a diario. Por eso aquí te presentamos una filosofía milenaria que te dará mayor armonía en tu diario quehacer.
Ser zen es un arte, una forma de vivir, un pensamiento milenario. Es cierto, también hay diversas religiones apoyadas en la sabiduría zen pero se trata sobretodo de una manera de pensar y vivir el presente. Aquí te presentamos sólo una pequeña introducción a la práctica zen; una filosofía para que vivas con mayor serenidad y al mismo tiempo con más conciencia.

RELIGION O FILOSOFIA
Ser zen es una vivencia que se interioriza a partir de un convencimiento propio y no se adopta por vía de la fe. Es ante todo una experiencia personal que se sigue después de comprender sus preceptos. En el mundo encontramos básicamente dos tipos de practicantes zen; los religiosos, por ejemplo los budistas; y los que asumen la filosofía zen adaptando su práctica al modo de vivir propio - cualquiera que sea su creencia espiritual -. En este caso, puede haber católicos que mediten en silencio, por ejemplo, para acercarse a Dios, o puede haber personas no creyentes que sigan los aspectos más universales del zen con el único fin de estar contentas con su presente.

SABIDURIA QUE FLUYE
Ser zen nace de la observación del presente, de comprender que en todo el universo existen fuerzas en apariencia contradictorias que arrojan como resultado el momento actual.puede haber católicos que mediten en silencio, por ejemplo, para acercarse a Dios, o puede haber personas no creyentes que sigan los aspectos más universales del zen con el único fin de estar contentas con su presenteTodo lo sucedido hasta ahora - positivo y negativo - provoca la existencia de este momento preciso. Gracias a todo lo sucedido, es que existes ahora y puedes leer estas líneas. Todo está enlazado, incluso aquello que nos parece negativo tiene una razón de ser y es parte de tu existencia. Todo es valioso. Por ejemplo, algo que te parece negativo puede posteriormente ser algo positivo. La erupción de lava volcánica ha creado las más bellas montañas. Si todo esa complejidad se ha mezclado para que exista este momento maravilloso, vale la pena dejar las valoraciones inútiles. Ser zen es aceptar la existencia como es. Es fluir con el río.

COMPRENDER SIN JUZGAR
De acuerdo con un viejo poeta oriental, el zen nos dice: “Trata de comprender las cosas tal y como son. Trata de comprender a la humanidad tal y como es, no impongas ideales ni digas cómo deben ser las cosas”. Al zen no le interesa cómo debemos ser, sino cómo somos en realidad; vernos, y vernos con ojos de amor y compasión. Al ver las cosas como son, al aceptarlas, viene una transformación natural en nosotros y en las personas que nos rodean. Ya no juzgamos; comprendemos. Aceptamos la realidad. Levamos las anclas del rencor. Avanzamos sin esfuerzo. Cambiamos sin forcejear.

ACLARAR LA MENTE


La palabra zen viene de la palabra china “chan” que significa meditación. Meditar es poner en calma el espíritu. Es entrar en contacto con lo más profundo de una misma. Para ello es necesario liberar el pensamiento, abandonar las valoraciones y los juicios por pequeños que sean. Dejar de pensar es al mismo tiempo dejar el temor y la codicia, es olvidar los agravios del pasado y las preocupaciones del futuro. Al liberarnos de nuestro ajetreo nos damos la oportunidad de vivir el presente con mayor claridad "tal como cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo".


RECORDAR EL PRESENTE


Hay muchas formas de meditar, desde el Tai Chi hasta el canto gregoriano. Poco a poco irás descubriendo maneras de estar más atenta al presente. Por ejemplo, cuando cocines no pienses, sólo observa tus manos y siente la textura de la comida; o bien entra en silencio durante cinco minutos diarios dejando que la respiración recorra tu cuerpo y logrando que tu mente abandone el mundo de las ideas. Se trata de técnicas psicológicas y corporales que mediante una postura correcta, una respiración profunda y una mayor conciencia del presente, te permitirán arribar a una manera poética de vivir, con un sentido diferente de la naturaleza, y logrando curar las emociones negativas que te afligen.


FUENTE: Equipo de Super Mujer

domingo, 12 de junio de 2011

ZEN, EL PENSAMIENTO ZEN!!

El estado de "desprendimiento" y "ausencia" de deseos es a la vez espiritual y psicológico.


Un poema zen dice así: "El camino perfecto carece de dificultades excepto la de negarse a admitir preferencias, sólo cuando se ha liberado del odio y del amor se revela plenamente y sin disfraces; una diferencia de un décimo de pulgada es lo que separa al cielo de la tierra. Si quieres verlo con tus propios ojos, no debes tener pensamientos fijos, ni a favor ni en contra." "Todo es adecuado y a la vez nada es adecuado"

El zen descubre su esencia en la vida trivial y sin acontecimientos extraordinarios, del hombre corriente. Rechaza todas las escrituras (textos) y opiniones de otros en beneficio o preferencia de la experiencia personal. También rechaza las actitudes excesivamente reverente ante los temas sagrados.

Habla el maestro zen Dogen:


"Aprender el camino de Buda, es aprender acerca de uno mismo. Aprender acerca de uno mismo es olvidarse de uno mismo. Olvidarse de uno mismo es estar iluminado por todas las cosas del mundo. Estar iluminado por todas las cosas del mundo es prescindir del cuerpo y de la mente propias."

Habla el maestro zen Ummon:

"Cuando camines, limítate a caminar. Cuando te sientes, limítate a sentarte.
Y sobre todo, no titubees."

EL OBJETIVO DEL ZEN


El zen trata de alcanzar el perfeccionamiento o la iluminación del ser humano de forma espontánea, instantánea, instintiva y natural. De forma fulminante se conquista la comprensión de la realidad y la armonía o integración del ser en la totalidad integradora del universo. Luego el camino zen, llega incluso a confundirse con la meta. El zen trata de conseguir vivir en la verdadera realidad, y para ello crea a su alrededor un clima o atmósfera para alcanzar la iluminación.
El zen persigue la aniquilación del orgullo, la vanidad, la obsesión, la susceptibilidad y la excesiva animosidad. El zen detesta el egoísmo que se manifiesta en efectos calculado (con resultados artificiosos y efectistas) o cualquier otro tipo de autoglorificación.

EL SATORI ZEN (LA ILUMINACIÓN INMEDIATA)


Para vivir la verdadera realidad de forma armoniosa con el universo es necesario alcanzar el "satori zen" o "iluminación inmediata".

Para ello hemos de:


* Deshacernos de todas las imágenes ilusorias continuamente repetidas sobre las que ha cristalizado durante tanto tiempo nuestra voluntad y que nos han proporcionado tantas angustias y preocupaciones.

* Olvidarnos de nuestro "yo", siempre tomado tan a pecho y siempre origen de sufrimiento.

* Desterrar todas las obsesiones que continuamente nos crispan, paralizan y absorben nuestra energía

"En el misterio de la paz interior no se puede entrar racionalmente, con la lógica. Sólo es posible a través de la ininteligibilidad".

Una vez alcanzado el satori, las excitaciones exteriores ya no provocan deseos contradictorios de manera que el hombre, a partir de entonces, ya no sufre con las miserias de la vida.

El "satori" es un estado interno, lleno de claridad y paz en el que logra en cada persona identificarse con todo lo que a uno le rodea y contemplar a la gente sin juzgarla. Para el hombre "iluminado" el "yo" pasa a no existir, alcanzando un estado de "pobreza" y "vacuidad" equiparable a una experiencia mística (el satori).


LA ACTITUD PERFECCIONISTA


El auto-perfeccionamiento supone una reafirmación del yo. Con la actitud perfeccionista se pretende dotar al "yo" de una serie de añadidos, reforzamientos para así acomodar o ajustar el "yo" de acuerdo con un canon de belleza o prestigio exterior a él.

La actitud perfeccionista tiene como resultado:

- Las tensiones

- Las desilusiones

- Las mentiras porque tan sólo persigue utopías:

- Bienes y cuerpos sin sombras

- Mañanas prefabricadas por la mente

- Individuos tan bellos y tan perfectos que tan sólo podemos encontrar en las estrellas de las películas.

La vida zen es renunciar al utópico y obsesivo perfeccionamiento, es no preocuparse sino por lo que se tiene entre manos, sin más ilusión que la de deleitarse en el perfume de una flor o el de una mujer que pasa junto a nosotros, en la contemplación de una obra de arte o en el gustar el crujido expansivo de una manzana partida entre los dientes.

"La paz sólo se puede conseguir armonizando los elementos de la propia naturaleza".

Occidente está obsesionado con el concepto de esfuerzo, de tensión continuada por la conquista y anticipación del futuro, de competitividad y eficacia.


Para Oriente el concepto de esfuerzo se entiende como sentido del ritmo y goce de la realidad presente.

"El tiempo no es nada, es una entidad minusválida que tienen mucho más de mental que de real".


EL ETERNO AHORA Y LA ESPONTANEIDAD


Para una conciencia clara no hay ni pasado ni futuro sino tan solo el presente. El ahora, el "eterno ahora". Hacer de la "naturalidad original perdida" un hábito saludable y cotidiano es el objetivo que persigue el zen cada minuto. Sosegar la continua agitación de los procesos mentales de nuestro temperamento, a través del control y de la relajación.
En el zen la experiencia personal vivida se opone vigorosamente a la autoridad y explicación objetiva de los escritos sagrados, doctrinas e interpretaciones de sabios y eruditos. Siendo infinitamente más importante la experiencia de cada individuo.


Si fijas la atención en ti mismo, tu espíritu será una traba".


Habla el maestro zen Ummon:


"Cuando camines, limítate a caminar. Cuando te sientes, limítate a sentarte.

Y sobre todo, no titubees."


Fuente: Arte de hoy.com