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sábado, 1 de octubre de 2011

DON RAFA, JOVEN DE LA TERCERA EDAD

El tío Rafa, como le llamábamos, era un hombre de baja estatura, ligeramente pasado de peso, de complexión robusta y con una salud envidiable.

Yo le conocí desde niño y la imagen que proyectó durante su vida fue de bienestar, equilibrio y sabiduría. La familia y los amigos le buscaban para conversar y pasar un rato agradable en su compañía.

¿Cuál era el secreto de don Rafa para conservar su salud corporal y su equilibrio psíquico?

A los 92 años, el señor tenía un ritmo de vida que él no comentaba, pero las personas que convivían y estaban cerca de él conocían muy bien: "se levantaba al amanecer, tomaba un té de salvia (hierba común usada por mucha gente como medicina), realizaba actividades varias para luego tomar su desayuno que consistía en una toronja, seguida de alimentos frescos de la región: queso, frijolitos, tortillas, café de olla..."

Don Rafa se mantenía activo en todos sentidos, tanto mental como corporalmente, a los 89 años le llamaron del consejo de un banco importante para que expresara sus opiniones.

Qué contraste de Don Rafa con muchos hombres y mujeres, que todavía no llegan a los 50 años y su situación corporal y emocional les hace la vida insoportable.

La tercera edad: un tema actual
Hablar sobre la tercera edad es -ahora más que nunca- un tema de mucha actualidad.
La vejez no tendría nada de desagradable ni terrible, al punto de cambiarle de nombre, si no fuera sinónimo de enfermedades y trastornos tanto corporales como psíquicos: reumatismo, arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias), enfisema pulmonar, rigidez del pensamiento, neurastenia, sólo por nombrar algunos padecimientos. El concepto de la vejez enferma tiene que pertenecer al pasado.

La experiencia y sabiduría de que hoy disponemos nos permite evitar errores que conducen y han conducido a la humanidad a una vejez prematura y limitada por un sinnúmero de dolencias que menguan sus facultades.

El período de la vida que va de los 60 años en adelante, deberá estar libre de enfermedades y así, la humanidad contará con la presencia agradable de abuelos felices, acompañando la existencia de sus nietos y familiares, o bien, de ancianos en pleno uso de sus facultades físicas y de sus atributos mentales, capaces de aportar a las empresas la sabiduría y experiencia de los años.

Asesores empresariales
Además de don Rafa, tenemos el ejemplo actualizado de los ejecutivos retirados en ciudades con una altura empresarial que después de trabajar en diferentes actividades, dedican los últimos años de su vida (después de los 70) al asesoramiento de empresas en todo el mundo.

En una de la fábricas que manejé hace algunos años, tuve la oportunidad de darle trabajo a un hombre de más de 60 años como tornero. Puedo asegurarles que nunca conocí un trabajador tan dedicado, correcto y eficiente en su trabajo como don Roberto.

Un día con don Rafa
Veamos cómo encaja nuestro querido don Rafa en el concepto del "ser humano realmente sano."

Transportémonos en el tiempo, y veamos cómo vivía don Rafa:
Son las cinco de la mañana y don Rafa, después de un sueño corto, pero profundo, se levanta con la alegría de tener muchas cosas qué hacer -más en favor de sus seres queridos que para su beneficio.

Su ropa es muy ligera y aunque la temperatura es de 14 grados centígrados, él la siente y la disfruta caminando rumbo a la carretera en un paseo de 10 kilómetros que recorre en poco más de una hora.

En realidad no tiene prisa y le gusta saborear el placer del movimiento, como los niños sanos.

- Ya estoy aquí mujer, ¿qué vamos a desayunar? -es su expresión de llegada a una casa muy sencilla y bien ventilada, con árboles frutales en el pequeño traspatio, donde también crecen algunas hortalizas y hierbas medicinales: perejil, cilantro, yerbabuena, lechuga, zanahoria y otras.

A veces le preguntan a don Rafa que si se enferma cuando lo pesca un aguacero en el camino, él sonríe y dice que tiene 30 años de no conocer un resfriado.

Las obligaciones de don Rafa, con sus 92 años, principian realmente a las nueve de la mañana.

Se encomienda a su Dios y le pide sabiduría y protección. "De hecho lo tengo muy cerca -comenta- dentro de mí, y trato de estar continuamente en su presencia."

Don Rafa tiene una lista de actividades para el día, es un placer observar la lucidez con que se organiza, a través de ella muestra una buena concentración y memoria.

Como ejemplo, después de pagar el recibo de luz y comprar algunas cosas para la comida, se da tiempo para reunirse a tomar el té con sus amigos, digo té porque hace años que sustituye parcialmente el café por una taza de té de hierbas aromáticas como la manzanilla, el anís o la canela.

También le caen algunas visitas a su casa. Como él siempre piensa en los demás, cuando despide a los visitantes, estos se llevan un consejo y el ánimo más elevado de como lo traían.

Su lema es: "¡Si está en mis manos ayudar, no lo pienso, ayudo!"
Nosotros sabemos que don Rafa está tocando una gran ley del Universo, que da abundancia y paz al que la practica.

Cuáles deben ser los atributos de la vejez
Siguiendo principios bien experimentados durante milenios, complementados con los avances de la ciencia actual, es posible cambiar una vejez prematura y llena de quejas por una tercera edad sana y natural.

Esta etapa puede tener cualidades y atractivos tales como la salud, el bienestar corporal, mental y emocional, serenidad de espíritu, comprensión, tolerancia, equilibrio nervioso, experiencia de la vida y demás condiciones adecuadas para disfrutar plenamente todo lo bueno y bello que la vida ofrece.

En cambio, el hombre actual demuestra estar en decadencia, con un número de enfermedades degenerativas que aparecen no sólo en la tercera edad sino desde la juventud. El cáncer, artritis, la artrosis y la esquizofrenia, son mínimos ejemplos de la lista interminable de enfermedades degenerativas que aquejan al hombre moderno.

Un nuevo camino
En realidad, no se puede considerar al hombre totalmente culpable de convertir a la vejez en un período de vida lleno de dolencias, incapacidades y sufrimientos, hemos de tener en cuenta que cada generación hereda de la anterior no sólo un modo de vida malsano, sino también la idea de que la senectud es un período triste y deplorable de la vida.

Ser viejo se ha convertido en un sinónimo de enfermedad, impotencia y resignación que impide aprovechar la eficaz terapéutica de la ciencia actual.

Una alternativa de vida nos la da la medicina preventiva natural, para alcanzar una vejez enteramente sana y normal. Es cuestión de aprender sus principios, ponerlos en práctica y mantenerse fiel a ellos.

Fuente: Masalto.com